Poesías inéditas de Jaime Dávalos

18.06.2013 22:54

Salta, Argentina - (1987).   

Don sancas

 

"Un niño le hará creer que es de noche en la mitad del día

por eso le quiero como a las telas de mi corazón"

 

Capitán de una casa, como de un barco viejo

que amenazaba hundirse con todo su pasaje

el tata era un pedazo cautivo de paisaje

que con sus actuaciones rajaba los espejos.

 

Vivía un teatro crónico, no dió ningún consejo,

sólo la sangre sabe si ése era su mensaje;

porque siempre dispuesto para el eterno viaje

paso como un meteoro dejándonos perplejos.

 

Como se mira un árbol, lo veía hacia arriba

crecer con todo el hombre debajo del sombrero

cuya órbita alada giraba en su cabeza.

 

Entre el cielo y la tierra anduvo a la deriva

y fue por la locura armado caballero,

enamorado cósmico de la naturaleza.

 

II

 

Vivía su lectura. El patio retumbaba

al silabear con tomos de vino de quijote

cuando blandiendo el verbo lo mismo que un garrote

contra la sombra sorda iluso atropellaba.

 

La gata se escondia, el perro lo ladraba,

festejando el escándalo de su gran amigote

que iniciaba de pronto en rapto de Hotentote

libro en mano una danza donde se dislocaba.

 

Ah, niño grande, nilño terrible, te recuerdo,

personaje cautivo de la literatura,

que copiando a la vida, de vida nos enferma.

 

Que vacía la casa; en este mundo cuerdo,

a la bellaquería se le llama locura

y el Bachiller y el Ama la situación gobiernan.

 

III

 

En la fiesta de vino, bebiendo se aprendía

a enriedar con el ánimo el torrente interior,

la confidencia entonces era un acto de amor

en que se despenaba llorando la poesía.

 

La luz del vino pasa la prieta celosía

de la piel donde el alma defiende su pudor,

y por las venas abre al cálido estupor

la enredadera en llamas del sol y su alegría.

 

Entonces los amigos comulgaban con él;

era ritual y antiguo el vino mano a mano

conversando en la busca de la justa medida;

 

En el alba don sancas era como un laurel

tocando con sus brotes el cielo provinciano

donde gotea bronce el tedio de la vida.

 

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